Os presentamos a Ciam, ¡no puede ser más guapo!
Apareció por la calle cojeando y hecho polvo, además no lo puso nada fácil cuando intentamos cogerle. Le hicimos placas y vimos que tenía una luxación en una de sus caderas y, en la otra, una fractura antigua, además de una herida muy muy fea…
Para que engañaros, hizo sudar mucho a sus cuidadoras, ¡tenía muy mala leche! Pero llegó el día de la operación y su visión del mundo cambió… Ciam ya no tenía dolor y ya no tenía miedo. Se convirtió en un gato sumamente cariñoso que adora dar cabezazos a esas cuidadoras que tanto le sufrieron.
Es un gato tranquilo, muy tierno y también muy comilón. Se ha quedado cojito pero se apaña fenomenal.
¿Le quieres dar la oportunidad de saber lo que es un hogar? ¡No te arrepentirás!
¡¡Requisito imprescindible tener protecciones en las ventanas para evitar fugas/caídas!!