Macho
Tango fue el primer habitante del Santuario.
Apareció abandonado en una pradera, muy delgado y sin poder caminar debido a las heridas e infección en sus patas traseras, que tardó meses en curar.
A día de hoy ha perdido todo el miedo que pudiera tener a los humanos, y se acerca a nosotros descaradamente a investigar lo que considere necesario. Junto con India, corren y se divierten asustando a las vacas (y a veces a los humanos).
Tienen una relación muy dulce, se protegen el uno al otro, y cuando a Tango le pasa algo, India siempre nos llama y viene a buscarnos para que le saquemos del lío en el que se haya metido.
Categoría: Santuario