Apareció por la calle solito, sin dejar de maullar, muy asustado y sin chip.
Al principio de llegar aquí tenía mucho miedo pero a los dos días ya no dejó ver el bollito adorable que es. Le encanta que le acaricien, pide constantemente atención y sobre todo, adora comer.
Nos encantaría encontrar un hogar donde le quieran mucho y para siempre. ¿Te animas?
¡¡Requisito imprescindible tener protecciones en las ventanas para evitar fugas/caídas!!
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